sábado, 9 de junio de 2018

Aviones que vuelan por rutas oceánicas deberán tener localizadores desde octubre

sábado, 09 de junio de 2018

SERGIO ESPINOSA V. Enviado especial
Internacional
El Mercurio

SYDNEY En una segunda fase, a contar de 2021, fabricantes como Boeing y Airbus deberán instalar en los modelos que construyan transmisores que enviarán señales cada un minuto. 


Cuatro años después de ocurrido el accidente, el paradero del vuelo 370 de Malaysian Airlines sigue siendo un misterio cuya respuesta se encuentra en el fondo de algún lugar del océano Índico. Y aunque la causa que le costó la vida a los 227 pasajeros y 9 tripulantes del Boeing 777-200 que viajaba entre Kuala Lumpur y Beijing se mantiene como una interrogante, al menos tuvo un efecto concreto.


A contar de octubre, todos los aviones, especialmente los que sobrevuelen las rutas aéreas oceánicas, deberán contar con un localizador que transmita la ubicación de la aeronave cada 15 minutos. Eso permitirá, en caso de un accidente en el mar, acotar el área de búsqueda y aumentar así las posibilidades de encontrarlo.

Un tema que para Chile no es menor, si se considera que nuestro país administra uno de los espacios aéreos más grandes del mundo, con 32 millones de km {+2} en pleno océano Pacífico, por donde día a día se realizan algunas de las rutas aéreas más "solitarias" del planeta, como aquellas que salen desde Santiago a Isla de Pascua, Tahiti, Nueva Zelandia y Australia. En menor medida, otro tanto ocurre con los aviones que viajan por el Atlántico sur para unir nuestra capital con Europa y -en los próximos meses- Emiratos Árabes e Israel.

El dispositivo, llamado Normal Aircraft Tracking System (NATS), busca evitar lo ocurrido con el vuelo MH 370, del cual se perdió todo rastro una hora y cincuenta y nueve minutos después de despegar, a poco de adentrarse en el espacio aéreo de Vietnam, cuyos radares nunca llegaron a tomar contacto con el avión. Tras varias semanas de búsqueda en las aguas del golfo de Tailandia, donde se suponía habría caído, nuevas pistas indicaron que este se habría adentrado en el océano Índico, frente a Australia.

A partir de ese accidente, que motivó la mayor operación de búsqueda de la historia, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) se puso a trabajar con los Estados, fabricantes y aerolíneas para evitar que en pleno siglo XXI un jet de gran tamaño sea imposible de localizar.

"Lo ocurrido con el MH 370 es uno de los grandes enigmas en la historia de la aviación", afirma en Sydney -donde se efectuó esta semana la Asamblea General de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA)- el vicepresidente de Seguridad y Operaciones de Vuelo de la entidad, Gilberto López-Meyer.

Según explica, a la implementación de NATS seguirá una segunda fase en la que los aviones que se construyan a partir del 1 de enero de 2021 contarán con otro dispositivo, el Distress Aircraft Tracking, que permitirá que ante un súbito descenso, una falla de motor o pérdida de presurización en la cabina, por ejemplo, automáticamente el avión envíe a tierra una señal de ubicación cada un minuto.

"Varias líneas aéreas ya están usando NATS, e incluso algunas están pensando en implementar de una vez el rastreo por minuto, pero eso estaba sujeto al arbitrio de cada una, ahora pasará a ser obligatorio", indica.

Consultada Latam al respecto, desde la compañía confirmaron que al poco tiempo de ocurrida la desaparición del MH 370 "se implementaron nuevos sistemas que le permiten mantener información continua con sus aeronaves, incluso mayores a las existentes actualmente como normativa internacional".

López-Meyer precisa que "las áreas bajo control de tránsito aéreo cubren el 90% o más de los aviones que vuelan en el mundo. El problema está en las áreas remotas, como el Pacífico sur, zonas en el océano Índico, en el Atlántico sur, las zonas polares... ese es el target ".

"NATS busca prestar redundancia al sistema de vigilancia actual", acota Francisco Uzieda, jefe de la Sección Centro de Control de Área Oceánico de la DGAC.

A diferencia de los sistemas actuales de comunicación que hay con un avión, el NATS no podrá ser manipulado por el piloto -que es lo que se presume ocurrió con el MH 370 para evitar que detectaran su cambio de curso- y operará en forma independiente, aumentando así la seguridad del vuelo.

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