Casi concluye Mayo y hemos visto por varios medios de comunicación lo que ha significado el gran golpe de la pandemia, una situación que no solo ha afectado a algunos, sino que al mundo entero.
Nuestra reacción frente a los hechos se ha estandarizado, estamos consternados, vulnerables y con mucha incertidumbre acerca de lo que vendrá.
Nuestra economía ya recibió los embates del virus, lo que se ha traducido en que las compañías han tomado una serie de medidas para evitar la bancarrota, entre ellas, la desvinculación de personal, el llamando al retiro voluntario y la reducción de salarios.
La mayoría de los países están lidiando con las implicancias de la pandemia del Covid-19, la que ha restringido la libertad de la cual disfrutamos hasta hace muy poco. Lo anterior, como consecuencia de una cuarentena obligatoria que da cuenta de la dimensión de la crisis. Esto nos ha llevado a un nuevo estándar -que puede ser duradero- de cómo nos relacionamos con las personas, hoy, bajo una nueva norma de distanciamiento social.
Este cambio trascendental, en tan reducido tiempo, nos ha llevado a mirar desde otra perspectiva el día a día. Este acontecimiento nos ha tendido un puente hacia la introspección, a estar mucho más tiempo de lo habitual en casa, lo que en gran medida ha llevado a cuestionar muchos aspectos de como se lleva la vida cotidiana.
Hoy notamos con mayor claridad el “Aquí y Ahora” que ya parecía un cliché, a la vez que notamos cuán dependientes nos hemos hecho de una gran cantidad de herramientas tecnológicas, en paralelo de una rutina social mecanizada que nos mantenía en un permanente estado de comodidad.
En el mundo aeronáutico, es cotidiano ver a las tripulaciones bajo una estricta variedad de horarios y actividades, lo que genera una rutina mensual bajo el rol de vuelo con pilotos viajando constantemente, a ratos con la familia, otros solucionando temas personales, sin tiempo y volviendo a su rutina laboral, casi como dicen ellos mismos en modo “piloto automático”.
A esto se debe añadir una característica fundamental de cómo enfrenta su empleo un piloto, que generalmente ve en esta actividad laboral un estilo de vida. Esto se debe a la base de que ellos siempre están, a pesar de las dificultades, en una relación emocional muy estrecha con su trabajo. En consecuencia, el gran golpe que ha dado la pandemia a este sector industrial, considerado como el más severo de su historia, ha conseguido un nivel de incertidumbre en quienes vuelan, especialmente en el mercado del transporte aéreo.
Creo firmemente que como seres humanos estamos preparados para afrontar una crisis, y para eso es importante ahondar y abordar el asunto. Especialmente, en lo positivo que podamos tomar de ella. Con una mirada muy optimista, estoy convencida de que los pensamientos crean nuestra realidad, por lo que es fundamental, mediante una serie de aptitudes y comportamientos diarios, crear una nueva actitud en estos tiempos complejos.
Etimológicamente, “Crisis” proviene del griego Krísis que significa “decidir”, por lo tanto, si tomamos el significado más profundo de la palabra, esta nos propone detener cierta dinámica para emprender un nuevo camino, por lo que debe ser determinante salir fortalecidos de esta cruzada histórica.
A nivel cognitivo, debido a la constante repetición de información relativa a la pandemia, nuestra red neuronal tiende a establecer con mayor facilidad estados emocionales de alerta como el miedo, tristeza, incertidumbre e incluso ira, lo que dificulta el uso completo de nuestras capacidades para tomar buenas decisiones y, en ciertos casos, generan un bloqueo en la solución individual lo que nos enseña lo fundamental de construir un proceso interno para retomar la claridad.
Hace algunos meses atrás era muy extraño para nosotros no tener control, ya que estábamos constantemente en nuestra zona de confort y sabíamos casi de manera automática como mantener una senda navegable con los avatares típicos de la practica laboral. Sin embargo, hoy, ya comenzamos a experimentar como el control de nuestras libertades se coarta para que los líderes de la sociedad puedan detener al máximo las cifras de contagios, generando un confinamiento que limita la interrelación y que genera en nosotros una serie de reacciones negativas.
Nuestra industria ha experimentado un duro golpe a consecuencia del cierre de fronteras y posterior cese de operaciones aéreas, para evitar la propagación del virus. El transporte aéreo como lo conocíamos, hasta hace dos meses, como un gran catalizador de la economía e instrumento único globalizador, ha sufrido casi una detención total de su actividad con menos de un 5% de la capacidad en vuelo.
¿Qué ocurre en los pilotos frente a este escenario?
La OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) ha elaborado guías de cómo gestionar los riesgos en la operación con este nuevo escenario de pandemia, con un nueva regla conductual bajo la sombra del Covid-19, que presenta al mundo entero muchos nuevos desafíos y la necesidad de ajustar la forma en que nos comportamos en las operaciones, que se erige como una nueva realidad. Junto a ello, expertos comentan que el retorno a nuestro estilo de vida anterior se dará de forma gradual.
También es importante pensar en esta nueva forma de operar. Las tripulaciones se encontrarán más tiempo fuera de vuelo lo que generará ciertas complicaciones psicológicas que pueden ser aminoradas con el autocultivo intelectual y rutinas de ejercitación. Este último punto primordial combate el extremo sedentarismo que es uno de los principales enemigos de un sistema cognitivo saludable.
Paul Dickens, psicólogo aeronáutico del Core Aviation Psycology del Reino Unido, en su guía “Listos para el despegue”, señala que expertos en aeronáutica hablan de un retorno un tanto complejo si no existe una preparación a estos escenarios operacionales, lo que afectará nuestro ámbito físico (horarios de sueño), emocional (con la gestión emocional de la situación), cognitivo (bajos niveles de atención, lentitud y amnesia entre otros) y social (nuevas formas de sociabilizar).
Un estudio reciente ha demostrado que las habilidades del piloto pueden deteriorarse en tres áreas clave cuando baja la periodicidad de actividades como son: toma de decisiones, resolución de problemas y conciencia situacional.
Además, Dickens explica la importancia de la preparación para volver al ambiente operacional, una de ellas es estar informados de aeronáutica constantemente, como también a lo que llama “pensar en aviación” y a no no salir de ese espacio, estar con la mente activa y tener un autocuidado minucioso, todas herramientas clave para la vuelta a las operaciones. Analistas de nivel mundial han comentado acerca de esto y por lo mismo algunas aerolíneas ya han tomado medidas con sus tripulaciones, lo que incluye informar y capacitar acerca de esta modalidad junto con crear nuevos protocolos de máximo rigor en bioseguridad.
Según Mariluz Novi, psicóloga aeronáutica española y experta en intervención en crisis de emergencias, en España ya se ha trabajado un plan para tripulaciones al que designaron PAPI (Programa de Apoyo para los Pilotos en España) y que entró en funciones este pasado abril, con el objetivo de afrontar los efectos del Covid-19 y que consta de una serie de seminarios online (webinar) para generar una conciencia y predisposición para asumir los cambios.
Novi destaca que una crisis es un evento estresante, repentino e inesperado y que tiene como característica de exceder nuestra capacidad de respuesta. Que todo el mundo está sujeto a esto, somos seres gregarios y necesitamos estar con otros, en tanto este punto que se ha transformado abruptamente, puede tener mas consecuencias de lo que creemos. También se destaca, que bajo este manto de incertidumbre, las emociones que brotan de la crisis son diversas y debemos poner atención para identificarlas y trabajar en ellas.
En el trabajo de Novi destaca su contribución en la industria aeronáutica tanto española como mundial ya que ha generado una importante hoja de ruta para enfrentar este complejo escenario. Acude a principios básicos de nuestra conducta humana ya que cuando nos enfrentamos a lo desconocido buscamos respuestas rápidas y que nos llenen de seguridad, con el objetivo de desestresar nuestro cerebro. Si nosotros somos capaces de educar, informar y compartir esta información, seremos capaces de trabajar unidos para potenciar la seguridad en nuestras operaciones.
Uno de los puntos de Novis, a raíz de la resistencia como factor positivo en su exposición “3R”, Resistir, Recuperación y Resiliencia y que mirado desde el punto de vista colectivo nos da grandes herramientas para apoyar a nuestras tripulaciones desde el punto de vista de la capacitación, información y en asesorías individuales y grupales, entregando estimulación positiva para gestionar la incertidumbre actual.
El ambiente aeronáutico posee una gran regulación por lo que podemos encontrar pocas cosas que no estén escritas y muy bien estudiadas, alineadas a una constante de control y seguridad. Es por ello que este factor de crisis actual genera fricción con aquellos principios, por tanto: ¿cómo hacemos para manejarlo?, ¿cómo gestionamos esta crisis en nuestras tripulaciones? Estas preguntas deben estar sujetas a la incorporación de planes educacionales y así poder manejar sanamente las nuevas conductas que están experimentando.
Es por ello que es adecuada la máxima sobre que “el conocimiento es poder” y para poder tener control debo conocer y ese deber está en nosotros como profesionales y asesores, apoyando a nuestras tripulaciones en este trabajo que requiere de todos.
Necesitamos contar con planes de gestión para apoyar a quienes han sido desvinculados, a los que siguen volando y a los futuros pilotos que están en las escuelas de vuelo, porque así podremos mantener sus habilidades vigentes para un retorno seguro a las operaciones de vuelo habituales.
El llamado es a unir los conceptos para retomar de la mejor manera la regularidad de nuestras actividades, lo que hace urgente confeccionar propuestas desde las fuentes de la industria para mantener a quienes forman parte indispensable de ella, así como mantener sus capacidades intelectuales y físicas estimuladas para volver de manera segura al mundo operacional
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