jueves, 29 de septiembre de 2016
Líneas aéreas y el aeropuerto de Santiago: “Nuevo Pudahuel ha estado lento en el desarrollo de infraestructura”
Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Martín Turner |
Esa es la crítica que las líneas aéreas que operan en el principal aeropuerto de Chile realizan al concesionario del terminal aéreo en este primer año de operación. Una acción que pasó de ser una etapa natural del proceso de instalación a algo permanente por la cierta inacción de los nuevos administradores respecto a las obras importantes que se deben realizar.
En la edición del 15 de septiembre del diario “El Mercurio”, Nuevo Pudahuel sale en defensa de su gestión frente a las críticas. “Se ha hecho mucho, no se ha hecho algo visible; pero se está trabajando en esto. Llevamos casi US$ 100 millones invertidos en el diseño y la preparación (de la ampliación del terminal que concluirá en 2020)”, asegura el gerente general de Nuevo Pudahuel, Nicolás Claude.
Tomando esas declaraciones, Alfredo Babún, en calidad de presidente de la Asociación Chilena de Líneas Aéreas (ACHILA), refuta. “Cuando alguien no percibe algo es porque no está”, dice tajantemente al ser consultado por el nivel de servicios que Nuevo Pudahuel está ofreciendo actualmente a los usuarios, más allá de los problemas que existen en cuanto a obras y en el modelo de concesión que aplica el Estado chileno en los aeropuertos. “Nuevo Pudahuel ha estado lento en lo que respecta al desarrollo de infraestructura aeroportuaria y cuando tu vez un reclamo en un diario del país de un cliente que dice haber pagado más en el estacionamiento que en el boleto de avión para ir a Concepción por el fin de semana, creemos que hay un problema”.
Desde la perspectiva de ACHILA, los problemas que enfrenta el aeropuerto de Santiago se resumen en temas pendientes que no han sido resueltos, la lentitud en la ejecución de obras y aspectos relacionados al modelo de concesión chileno.
Los problemas de la cinta de equipaje es uno de los puntos pendientes para la entidad local de líneas aéreas, ya que se debería haber ejecutado en la concesión anterior, pero que hasta hoy -bajo Nuevo Pudahuel- presenta problemas. “Hace un mes atrás, la cinta transportadora estuvo como dos horas detenida lo que significó que ha muchas compañías se les quedara las maletas abajo (de los aviones). Pongo el ejemplo de LATAM, que fue la más afectada con mil maletas abajo en dos horas. Esto significa que yo como compañía o atraso mi vuelo, generando un costo operativo, o me voy sin las maletas pero tengo que indemnizar al cliente, porque este me reclama a mí como línea aérea no a Nuevo Pudahuel. El costo de dar dinero a un cliente a mí no me devuelve nadie”, señala Babún.
Foto: Ricardo J. Delpiano |
Las obras asociadas al nuevo terminal recién comenzaron en el mes de agosto con los primeros movimientos de tierra. Un mes tarde a lo estipulado inicialmente en el cronograma de concesión del Ministerio de Obras Públicas (MOP), mismos que tampoco han estado exento de polémica, principalmente por el cierre de la nueva plataforma inaugurada hace un año y de calles de rodaje para poder estacionar aviones o realizar el embarque remoto, reduciendo los espacios en el aeropuerto.
Babún señala que todo lo relacionado al alza de precios en las tasas y servicios tiene su origen no en Nuevo Pudahuel sino que en el propio Estado. “Cuando tu haces una concesión en la que el Gobierno le pide la mayor cantidad de dinero al privado, este lo debe sacar de alguna parte”.
Nuevo Pudahuel obtuvo la concesión del aeropuerto de Santiago al ofrecer al Estado de Chile el 77,56% del total de ingresos que recaude. Una oferta tentadora para las arcas fiscales y que fue superior en diez puntos porcentuales al oferente más cercano (Consorcio AMB con 67,91%). Como consecuencia, al asumir la gestión del terminal aéreo decidió reajustar todos los valores a precios máximos.
El presidente de ACHILA insiste que este mecanismo de ofrecer más al Estado contribuye a crear un círculo vicioso, porque el que tiene la concesión debe generar los dineros suficientes para pagar y hacer viable su negocio. “Obviamente, suben los arriendos, los estacionamientos y en el caso de las líneas aéreas, traspasa sus mayores costos al clientes”, comenta y es la realidad que viven los usuarios. Para las líneas aéreas la situación no es favorable, ya que en el último tiempo han generado eficiencias y nuevos modelos de negocios para ofrecer viajes más económicos que permitan a más personas volar.
“Nuevo Pudahuel dice que han hecho muchas mejoras pero que la gente no las percibe”, vuelve Babún al comentar la situación del aeropuerto. “Por ejemplo, un letrero que dice wifi gratis y te tratas de conectar en el terminal y este no funciona, creo que es una falta de respeto para el cliente. Si lo vas a hacer, hazlo bien”.
Independiente de lo anterior y desde la perspectiva de la entidad que preside, no duda en calificar como “positivo” el proyecto que Nuevo Pudahuel llevará a cabo en el aeropuerto de Santiago. No obstante, advierte que si todo sigue al ritmo actual las nuevas obras no van no traer muchos beneficios e incluso podría ser hasta negativas. “De lo que nosotros hemos visto, yo creo que la nueva terminal va cumplir con la expectativa en términos de metros cuadrados. Pero si la tendencia de crecimiento de pasajeros de aquí a 10 años más va ser la misma que se produjo hace cinco años cuando estaba SCL Terminal Aéreo, en el minuto que inauguremos la terminal 2 va a estar chica”. Recalca diciendo que “al aeropuerto de Santiago le falta mucho. Si quieren llegar a este ritmo a cinco años más y a la meta de 30 millones de pasajeros, vamos a colapsar”.
Foto: Ricardo J. Delpiano |
La coordinación de servicios públicos surgen interrogantes respecto a la constante falta habilitación de casetas en migraciones y de puestos en el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para atender a lo pasajeros, lo que día a día genera enormes “cuellos de botella” que retrasan los tiempos de tránsito de los viajeros e impactan visiblemente en la infraestructura y el nivel de servicios que se prestan. A modo de ejemplo, es común ver en migraciones que en la hora de mayor tráfico apenas existan sólo 6 o 8 casetas habilitadas de las más de 30 existen o que en el paso por SAG, estén dos escáneres disponibles para revisar a más de 2.000 pasajeros.
Babún resume que el aeropuerto de Santiago “es deficitario en términos de infraestructura y de servicios públicos”. Pero más allá de las diferencias que existen con el concesionario, toma un rol crítico hacia los niveles superiores del país. “Como usuario, me molesta es la falta de visión que tiene la autoridad para proyectarse en el tiempo”. Agrega que de no haber cambios importantes en el corto plazo las percepciones que existen actualmente sobre el aeropuerto y de los servicios que en él se ofrecen continuarán siendo negativas.
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