Licencia reemplazará credencial, y se aplicarán exámenes obligatorios teóricos, prácticos, psicológicos y físicos:
sábado, 14 de noviembre de 2015
Mario Rojas Martínez
Nacional
El Mercurio
La DGAC no sabe con certeza cuántos hay en el país, pero oficialmente hay sesenta registrados, además de cien pilotos u operadores a distancia, ya acreditados ante este organismo.
"No hay una estimación de cuántos drones hay en el país. Estamos en proceso de publicar y hacer más conocida la norma -que regula su uso desde el 10 de abril pasado-, porque muchas personas no la están cumpliendo por desconocimiento". Así describe Lorenzo Sepúlveda, director de Seguridad Operacional de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), la proliferación y dificultades para fiscalizar el uso de esos verdaderos robots aéreos.
La DGAC tiene 60 drones registrados y a cien pilotos (operadores) con sus credenciales al día para operarlos a distancia en áreas urbanas y rurales. Sepúlveda dice que en los próximos cambios a la normativa se exigirá una licencia en vez de una credencial, y a los interesados se aplicarán exámenes teóricos y prácticos, condición psicológica y física.
También se pedirán requisitos especiales a los centros de formación de esos operadores.
"El proceso será muy similar al que deben cumplir un piloto comercial y un avión. Eso, asimilable a la categoría del dron y de su operación a distancia", explica.
A siete meses de la entrada en vigencia de la normativa chilena, la DGAC está a la espera de una nueva reglamentación que fije la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), organismo rector de la aeronáutica mundial, que la tendría para 2018.
"Hay varias cosas que no están resueltas a nivel mundial en este tema, como determinar cuáles serán los estándares de diseño que se permitirán para la aviación civil", explica Sepúlveda.
En el país se exige que el dron pese menos de nueve kilos, que también tenga un paracaídas para que, si cae al suelo, no dañe a personas, animales, bienes públicos y privados. Asimismo, que su operador no esté a más de 500 metros de distancia del aparato, para no perderlo de vista, y que no vuele a una altura mayor a los 130 metros.
Tampoco se permite manejarlos a una distancia menor de dos kilómetros de un aeródromo o aeropuerto.
Los infractores se exponen a multas de hasta $75 millones y sanciones penales si hay delitos, además de la cancelación de la credencial a perpetuidad.
"Hasta hace poco no había empresas aseguradoras por daños de drones contra terceros. Pero actualmente existe la responsabilidad solidaria de quien contrata el servicio de un dron", agrega Sepúlveda.
La actual normativa no incluyó a drones con menos de 600 gramos de peso por considerarlos como "juguetes", pero la DGAC advirtió que su uso sí tiene restricciones, como el límite de altura o exponer a su manipulador, a otras personas, infraestructura y bienes públicos o privados a daños, entre otros.
"La aviación es una actividad en que, en general, hay mucha tecnología presente y que evoluciona muy rápido", señala el general de aviación Maximiliano Larraechea, director de la DGAC.
Los drones ya son considerados aeronaves por parte de las autoridades de aeronáutica.
750 mil pesos es la multa mínima por transgredir la actual normativa sobre drones en el país.
31 drones fueron registrados por la Dirección General de Aeronáutica Civil en un lapso de cuatro meses.
86 permisos especiales de operación fueron concedidos en Chile en un período de dos años.
9 mil pesos es el valor mínimo en sitios de internet para adquirir hélices de repuesto para modelos que también se comercializan por esa vía desde $29 mil.
1.440 aeronaves pequeñas, para menos de 19 pasajeros, hay registradas actualmente en el país.
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