Antes los sistemas GPS tenían una precisión de metros, pero pronto esa precisión será de centímetros
11 Marzo 2021
Hace unos meses se produjo un desprendimiento de tierra en Leijiashan, en la provincia china de Hunan. Doce días antes sus gobernantes recibieron un mensaje de aviso: el sistema de geoposicionamiento chino, BeiDou, avisó de que había detectado indicios de un posible incidente de ese tipo.
Ese aviso permitió que los daños fueran solo materiales: se salvó la vida de todos sus habitantes gracias a un sistema que es capaz de diferenciar un cambio en el terreno del tamaño de la punta de un lápiz a 21.000 km de altura. Las implicaciones de esa precisión son notables.
GPS está bien, Galileo y BeiDou están aún mejor
Lo contaban recientemente en Technology Review, donde hablaban de que son ya varias las localidades chinas que cuentan con sistemas de monitorización ante desastres naturales de este tipo.
Los sistemas de geoposicionamiento global como BeiDou, GPS o Galileo están recibiendo una serie de mejoras y actualizaciones críticas para mejorar la precisión, que antes se contaba por metros y que poco a poco se va midiendo en centímetros.
Esa mejora en la precisión permitirá llevar a cabo tareas que hasta la fecha eran mucho más complicadas, y por ejemplo simplificará el despliegue de coches autónomos, que tendrán una noción mucho más precisa de dónde se encuentran (incluido el carril dentro de una carretera) para actuar en consonancia con esos datos precisos.
El sistema GPS que comenzó a funcionar en 1993 —los 24 satélites que lo conforman se comenzaron a lanzar 15 años antes— tienen una precisión de entre cinco y diez metros, pero dicha red está en plena fase de actualización: el sistema GPS III tardará aún algún tiempo en estar plenamente operativo—se han lanzado cuatro de los 10 satélites que lo conformarán, el resto se acabará de poner en órbita en 2023—, pero reducirá esa precisión a 3 metros.
BeiDou es aún más preciso: sus 44 satélites operan en tres órbitas distintas y ofrecen servicios de posicionamiento con una precisión que oscila entre el metro y medio y los dos metros en general. En zonas específicas de Asia como China, no obstante, los usuarios pueden llegar a acercarse a precisiones de un metro.
Lo mismo ocurre con Galileo, el sistema de geoposicionamiento creado por la Unión Europea y que ya está proporcionando servicio —aunque de momento no cuaje demasiado— a través de 22 de sus 26 satélites. La precisión es mejor que la de GPS, y llega a ser de menos de un metro en algunos casos, e incluso en el caso del servicio de alta precisión con señales encriptadas la detección de posición puede tener una precisión de 20 cm.
Hacia precisiones milimétricas y el posicionamiento cuántico
Estos sistemas se ayudan de diversas técnicas para mejorar aún más la precisión y llevarla a niveles de centímetros. Opciones como Real-Time Kinematik (RTK) y el Precise Point Positioning (PPP) están ayudando a ello, y en China están incluso comenzando a combinarlas para que la precisión sea aún mejor en los próximos años.
Se habla ya de cómo estos sistemas podrán en un futuro acercarse a precisiones milimétricas, pero ese parece ser el límite. Los expertos quieren ir más allá y evitar la dependencia de satélites y ahí entrarían en juego alternativas para interiores como esta o, aún más importante, las propiedades cuánticas de la materia que permitan localizarlas y guiarse sin necesidad de referencias externas.
Ese posicionamiento cuántico puede ser muy útil si no disponemos de información de los sistemas GPS (como ocurre en el espacio o bajo el agua), pero también puede ser un sistema auxiliar para los coches autónomos por si los sistemas GPS/BeiDou/Galileo no funcionan correctamente.
De hecho uno de estos sistemas en fase muy preliminar ya está funcionando en la Estación Espacial Internacional. Los avances son por tanto destacables, y como hemos visto sus implicaciones prácticas pueden ser realmente notables.
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