martes, 18 de enero de 2022

Accidente CFIT

Vuelo controlado contra el terreno


Restos del avión siniestrado tras la Tragedia de Superga en 1949.


Restos del vuelo 901 de Air New Zealand, un accidente de CFIT ocurrido en 1979 en la Antártida.


Restos del vuelo 801 de Korean Air tras el impacto (1997).


Restos del vuelo 812 de Air India Express, siniestrado en 2010.

El vuelo controlado contra el terreno (CFIT por sus siglas en inglés), también llamado vuelo controlado contra un obstáculo, colisión contra el terreno en vuelo controlado o impacto contra el terreno sin pérdida de control, es el tipo de colisión en el cual una aeronave, bajo total control del piloto, vuela de manera inadvertida contra el terreno o contra un obstáculo. En estas situaciones, los pilotos usualmente no son conscientes del peligro hasta que ya es muy tarde para hacer algo al respecto.

En aviación civil, y especialmente en la aviación privada, el vuelo controlado contra el terreno es conocido de manera sarcástica como el resultado de «nubes con cuezco» o «cumulogranito» (de la unión de los términos cúmulus y granito) cuando es causado por el choque contra un terreno oculto bajo un manto de nubes. A veces, este evento es descrito como el acto de volar un avión en perfectas condiciones contra el terreno.

Pilotos con cualquier tipo de experiencia, incluso los altamente entrenados y experimentados, pueden sufrir de un evento de vuelo controlado contra el terreno. La fatiga, la pérdida de conciencia situacional o la desorientación son claves en este tipo de accidentes. Estos incidentes usualmente involucran terreno montañoso y pobre visibilidad, generalmente causada por nubes y niebla. La mayoría de incidentes de este tipo ocurre durante el despegue y el aterrizaje.

El vuelo controlado contra el terreno puede estar asociado con un mal funcionamiento de los equipos del avión. Si el mal funcionamiento se da en una pieza del equipo de navegación, esto puede llevar a la tripulación a guiar de manera incorrecta al avión sin importar la información de otros equipos o sin importar si hay cielo despejado, lo que le permitiría a la tripulación notar la proximidad con el terreno.

Con el fin de evitar este tipo de accidentes, los constructores de aeronaves y las autoridades en materia de seguridad aérea han desarrollado sistemas como el Aviso de proximidad a Tierra (GPWS o EGPWS), que usa un radioaltímetro para su funcionamiento. Las estadísticas muestran que las aeronaves equipadas con la última generación de EGPWS no han sufrido accidentes de este tipo de vuelo controlado contra el terreno.​

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