Si tuviera que elegir una sola virtud que debe desarrollar un piloto que postula a una línea aérea en Chile, elegiría por cierto la disciplina de vuelo.
¿Por qué la disciplina de vuelo?
Porque la disciplina es la base que sostiene todas las demás habilidades y virtudes necesarias para un piloto profesional. De hecho el Airmanship así lo menciona:
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Seguridad operacional: Seguir procedimientos al pie de la letra, incluso cuando parecen rutinarios, es vital para garantizar la seguridad del vuelo.
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Cumplimiento normativo: Chile, como parte de la OACI y bajo la regulación de la DGAC, tiene normas estrictas que requieren un alto nivel de cumplimiento y responsabilidad.
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Toma de decisiones bajo presión: Un piloto disciplinado mantiene siempre el foco, prioriza correctamente y actúa con criterio incluso en situaciones muy críticas.
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Trabajo en equipo: La disciplina también implica respeto por los roles de otros, buena comunicación y profesionalismo en la cabina.
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Aprendizaje continuo: La aviación cambia constantemente. La disciplina lleva al piloto a mantenerse actualizado, entrenar rigurosamente y prepararse para auditorías, chequeos y simuladores de vuelo de buena forma.
En resumen, la disciplina de vuelo es lo que convierte a un piloto con conocimientos técnicos en un profesional confiable, que una aerolínea puede poner frente a una cabina con total confianza.
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