"El accidente del vuelo AI 171, ocurrido en la ciudad de Ahmedabad el 12 junio de 2025 traerá muchas consecuencias y reflexiones en el futuro y por cierto nos recuerda que la seguridad operacional no es un atributo estático ni garantizado por la sola tecnología que pudiese tener la aeronave en cuestión.
Ese día, un Boeing 787‑8 despegó rumbo a Londres y se estrelló contra un campus médico apenas 30 segundos después de haber despegado, dejando 260 muertos, incluido un sobreviviente y múltiples víctimas en tierra.
Este lamentable desastre aéreo revela que la seguridad operacional, es en sí un equilibrio dinámico entre múltiples factores: el diseño técnico de los sistemas, la calidad del entrenamiento de las tripulaciones de vuelo, la cultura organizacional que define también el comportamiento y prioridades, cómo asimismo la efectividad de la supervisión técnica y regulatoria por parte de la empresa aérea y las autoridades Aeronáuticas.
En tal sentido ese delicado equilibrio, cada detalle debe ser sopesado por las organizaciones con mucha cautela. Porque en realidad en seguridad aérea, rara vez hay una única causa; casi siempre es la suma de pequeños desvíos lo que precipita una gran falla."
Con los párrafos anteriores he querido compartir y transmitir una reflexión profunda sobre la seguridad operacional en la aviación.
Fortalezas
Enfoque sistémico: Destacar que la seguridad no depende de un solo factor, sino que de la interacción entre múltiples elementos, diseños, entrenamiento, cultura organizacional y supervisión. Esa visión integral es fundamental en los enfoques modernos de la gestión de riesgos.
Tono reflexivo: El accidente AI 171 es un punto de partida para una reflexión más amplia, lo que invita a los pilotos lectores a pensar más allá del evento puntual y enfocarse en las lecciones sistémicas.
La frase final: "En tal sentido ese delicado equilibrio, cada detalle debe ser sopesado”. refuerza la idea de que las fallas suelen ser acumulativas y que incluso elementos aparentemente menores pueden desencadenar consecuencias aún más graves.
Informaciones relevantes
El despegue lo realizó el 1er oficial, desde el asiento derecho por lo que el PM era el Capitán. El vuelo despegó desde la RWY 23 para iniciar la carrera de despegue, utilizando la longitud disponible (≈ 3 500 m) para lograr la velocidad necesaria y sostener el ascenso. Nunca se subió el tren de aterrizaje, por la posible confusión en la cabina o quizás también de forma premeditada.
El informe preliminar de la AAIB afirmó que ambos interruptores de combustible fueron manualmente desplazados de “RUN” a “CUTOFF”, cortando el flujo de combustible a los motores y provocando la pérdida total de potencia al despegue.
Tecnológicamente, se activó el sistema de emergencia Ram Air Turbine (RAT), lo que señala que ocurrió una falla crítica en los sistemas primarios de energía y propulsión.
Esta situación alimentó dudas sobre si se trató de un error humano, una acción deliberada o un mal diseño ergonómico del sistema de palancas.
La cultura organizacional y la supervisión técnica también están en el punto de mira: una directiva consultiva de la FAA sobre bloqueo de interruptores no fue seguida, y Air India no la consideró obligatoria a pesar de los riesgos potenciales.
5. Reflexión final:
1. No es solo un factor: Es un sistema, el caso integra diseños, entrenamiento, cultura y supervisión.
2. Errores pequeños, consecuencias enormes: Una confusión con una palanca de potencia, swicthes o una directiva ignorada puede desencadenar una catástrofe aérea.
3. Necesidad de aprendizaje sistémico: Incluso con tecnología avanzada como el Avión Dreamliner, la seguridad depende en gran medida de cómo interactúan todos los elementos, no solo de uno solo.
4. La salud mental de las tripulaciones de vuelo: Definitivamente es un tema importante que se debe abordar a la brevedad posible por parte de las empresas aéreas y autoridades aeronáuticas.
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