El Crew Resource Management (CRM) no se demuestra repitiendo conceptos aprendidos ni utilizando frases correctas en una entrevista. El CRM se evidencia en cómo actúa el piloto, no en lo que dice que haría.
Es observable en la forma en que:
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Se comunica bajo presión,
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Escucha y considera otras opiniones,
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Gestiona errores propios y ajenos,
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Prioriza tareas cuando la carga de trabajo aumenta,
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Mantiene la conciencia situacional y el respeto por los procedimientos.
Un piloto con buen CRM no necesita explicarlo: se nota en su actitud, en su lenguaje, en sus decisiones y en su capacidad de trabajar en equipo sin perder criterio propio.
Por el contrario, cuando el CRM se limita a un discurso aprendido, suele aparecer la rigidez, la imposición de ideas, la falta de escucha o la incapacidad de adaptarse a un escenario no previsto. Estas conductas son rápidamente detectadas en simuladores, ejercicios grupales o situaciones dinámicas.
En la cabina de mando, el CRM no es una teoría: es una habilidad viva, que se ejerce en tiempo real y que impacta directamente en la seguridad operacional. Por ello, las aerolíneas no evalúan cuánto CRM dice conocer un piloto, sino cómo lo practica cuando la situación lo exige.
En definitiva, el CRM no se memoriza, se demuestra.
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