A continuación, un desarrollo completo y profesional del por qué:
1. La hélice en funcionamiento es prácticamente invisible
2. La energía cinética es extremadamente alta
Cada pala de hélice es, en la práctica, un ala giratoria capaz de generar sustentación y arrastre, pero también un nivel de energía capaz de:
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Cortar tejidos y huesos instantáneamente.
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Desmembrar extremidades.
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Causar lesiones incompatibles con la vida.
Incluso a baja potencia (taxi o idle), la hélice ya posee energía suficiente para ser mortal.
3. El piloto puede aumentar potencia sin advertencia externa
4. El riesgo se incrementa por condiciones operativas reales
Factores habituales en aeródromos pequeños o escuelas aumentan la peligrosidad:
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Ruido que impide escuchar las advertencias.
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FOD, viento o terreno irregular que puede hacer que alguien pierda equilibrio.
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Alumnos pilotos o pasajeros poco experimentados que se desorientan al descender de la aeronave en marcha.
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No existe separación física entre personas y hélice.
5. La hélice atrae objetos y personas
El flujo de aire generado delante y detrás de la hélice es intenso:
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Aspira ropa suelta, gorros, papeles, herramientas.
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Puede desequilibrar a alguien que se acerque demasiado.
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Objetos ingeridos pueden destruir el motor y causar accidentes mayores.
6. La mente humana subestima el peligro
7. Historial de accidentes
8. Es parte del profesionalismo del piloto
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Guía correctamente a los pasajeros,
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Supervisa embarque y desembarque,
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Establece “zona prohibida”
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y mantiene conciencia situacional,
demuestra criterio, liderazgo y un estándar de seguridad superior.
Regla de Seguridad
Nunca se camina, trabaja o se permite que un pasajero se acerque al arco de la hélice cuando el motor está en funcionamiento, sin excepción. Por ello es importante mantener las luces beacon encendidas en todo momento.
En particular es conveniente gritar libre antes de encender el motor y verifica que esté libre de personas, antes del encendido.


